Aunque para muchas acciones con trascendencia legal es necesario ser mayor de edad y tener plena capacidad de obrar, hay circunstancias en las que las manifestaciones hechas por los menores pueden ser especialmente importantes. De ahí que muchas veces se plantee la duda de a qué edad puede declarar un niño en un juicio.
Los menores de edad pueden ser parte interesada en un proceso judicial. Por ejemplo, si se está decidiendo sobre su guarda y custodia en un proceso de divorcio. Pero también pueden ser testigos de un hecho criminal. En ambos casos es necesario escuchar lo que tienen que decir.
¿Los niños pueden declarar en un juicio?
En el ordenamiento jurídico español, la capacidad para ser testigo es bastante amplia. A priori, cualquier persona que haya sido testigo de un hecho con trascendencia judicial podría declarar ante el juez sobre lo que vio o escuchó. Solo hay algunas excepciones.
De hecho, existe la obligación legal de comparecer ante la autoridad judicial. Si te estabas preguntando, “¿me puedo negar a declarar como testigo?”, ya sabes que esto no es posible en la inmensa mayoría de los casos. Decimos en la mayoría de los casos, porque también hay una serie de dispensas legales. Por ejemplo, me puedo negar a ser testigo en un procedimiento penal seguido contra uno de mis familiares directos.
Retomando el tema de los menores, en el orden penal no hay una edad concreta a partir de la que se les pueda tomar testimonio. Podríamos encontrarnos ante un niño muy pequeño que haya sido testigo de cómo su padre maltrata a su madre. Si él es el único que estaba presente, para la autoridad judicial puede ser muy importante saber qué vio.
Además, la propia Convención Internacional de Derechos del Niño recoge el derecho de los menores de edad a ser escuchados por los jueces en aquellos asuntos que les conciernen. Así como a que su opinión libremente expresada sea tenida en consideración.
Esto da mayor libertad a los jueces a la hora de valorar la capacidad de los niños para declarar a modo de testigos. Con base en su apreciación personal podrán decidir si conviene que el menor emita su testimonio o si, por el contrario, es mejor que no declare.
Lo que es importante considerar es que no es lo mismo la declaración como testigo en un proceso penal que en uno civil. Tratándose de un procedimiento de familia, los menores pueden ser escuchados a partir de los 12 años. En estos casos se tiene muy en cuenta su grado de madurez.
No obstante, con frecuencia los jueces prefieren obviar la declaración de menores en los procesos de familia. Porque entienden que los intereses de estos estarán mejor protegidos si no se les hace pasar por esa situación.
En el proceso penal, sin embargo, no se puede otorgar tanta protección al menor porque su declaración puede ser esencial para resolver un delito.
¿Cómo declaran los niños en juicios?
La intervención de los menores de edad en procesos judiciales penales y civiles está admitida, pero siempre se les da un trato especial para que la situación sea lo menos traumática posible para ellos.
En cuanto a qué le pregunta un juez a un niño, las preguntas deben estar adaptadas al grado de madurez del menor. No es lo mismo estar en presencia de un joven de 16 o 17 años que de un niño de 8 o 9.
Lo que determina nuestra legislación es que se debe garantizar la seguridad de los niños, y que el entorno de escucha debe ser lo más amigable posible. Que el menor no se sienta intimidado ni en un lugar hostil. Por eso, en ocasiones hay que hacer algunos cambios en la forma de actuar. Por ejemplo, tomar la declaración en el despacho del juez en lugar de en la sala de vistas.
Salvo que el proceso vaya dirigido contra los padres o tutores del menor, estos estarán presentes mientras este declara para que se sienta todavía más protegido. Quien no faltará en ningún caso será el representante del Ministerio Fiscal.
Tratándose de menores que tengan 14 o más años, el juez debe instarles a prometer o jurar decir la verdad al declarar como testigos. Informándoles y advirtiéndoles de la obligación que tienen de decir la verdad. Dado que el lenguaje jurídico puede ser farragoso y complicado, es conveniente explicar esto bien a los menores para que entiendan mejor a qué se están comprometiendo.
Ya hemos visto a qué edad puede declarar un niño en un juicio, no habiendo límite mínimo en algunos casos. No obstante, si tu hijo debe declarar, lo más recomendable es que contéis con el asesoramiento experto de un abogado como los profesionales de Palacios & Vidal Abogados. Estamos a vuestra disposición para ayudaros en todo aquello que sea necesario y conseguir que la declaración del niño o niña sea lo menos traumática posible para él o ella.